miércoles, 7 de octubre de 2009

Alguna vez trote


Lo que les voy a contar me ocurrió mientras hacía ejercicios y trotaba.
Eran alrededor de las 10 de la mañana, y la Carolina estaba llena de gente, como suele ser todos los fines de semana
Mientras trotaba, me corría la transpiración, dado la temperatura que había en ese día, en una de esas y un poco cansado del trote, tropecé y caí en el asfalto, pegándome fuerte en la rodilla y la verdad que el dolor fue bastante fuerte, al mirar mi rodilla pude ver que estaba bastante lastimado, la verdad es que me daba vergüenza levantarme en medio de la cantidad de gente que venía corriendo atrás mío, pero tampoco me iba a quedar tirado, por lo que me incorporé y me senté a un costado de la calle, puesto que no podía caminar por el intenso dolor que había en mi pierna.


Una chica se me acercó, tenía unos 24 o 25 años, llevaba unos shorts azules, que le marcaba muy bien los labios mayores de su sexo y su bien formada cola; también tenía puesta una camiseta que le llegaba a la altura del ombligo y que definía perfectamente un delicioso par de senos. 

Me preguntó amablemente si necesitaba algo y me dijo que me había visto el golpazo que me día en la pierna, yo le dije que si me ayudaba a llegar a mi carro ya que estaba solo, sin mediar mas palabras me dijo que no había ningún problema y me dijo que la abrazara que ella me iba a ayudar (a pesar de mi altura y mi cuerpo pesado lo mismo me ayudó); una vez que llegamos al auto, me dijo que ella también venía sola y me preguntó que por supuesto conteste diciéndole que sería un placer llevarla; primero por la ayuda que me había brindado y luego por lo hermosa que era. 

Nos subimos al auto y comenzamos a hablar, ella se llamaba Liliana, tenía 24 años y estudiaba electrónica, la charla transcurrió entre risas y bromas, realmente Lili era una chica muy agradable; quedamos en salir a tomar algo o encontrarnos en la Carolina la próxima semana, intercambiamos teléfonos y e mails para seguir en contacto cuando llegamos a su casa, me miro y me pregunto, porque no salimos el jueves?; le dije que me encantaría y así quedamos, un beso en la mejilla y un hasta pronto.

Los días fueron pasando y yo me imaginaba cada vez mas como sería nuestro encuentro y nuestra salida, a donde querría ir; me di cuenta de repente que no sabíamos nada el uno del otro… ni siquiera le dije que soy casado… lo comente con mi esposa y ella me pidió que la llame y aclare el tema, para que después no se fuese a sentir engañada… lo intente pero no pude hablar con ella,.

Llegó al final el esperado jueves, eran las 19 horas más o menos, habíamos quedado en juntarnos en la plaza Foch.


Liliana llegó un poco tarde, pero al fin llego, cuando la vi, llevaba un vestido negro que le llegaba hasta las rodillas y un escote que dejaba el comienzo del surco de sus senos, nos saludamos muy cariñosamente y decidimos ir a comer a “Los troncos”, pues ella quería de parrilladas Argentinas; Titi (uno de los dueños del restaurant) nos recibió muy cariñoso, como es su costumbre; nos comimos unas buenas costillas y carnes, acompañadas por un gran reserva, del que dimos cuenta de tres botellas.

Nuestra charla ya rondaba los temas íntimos; recuerdo que le pregunté, ¿Cómo te gustan los hombres?, y ella me describió su persona ideal, ¿de qué altura o tamaño?, volví a preguntarle, ella me dijo, más o menos de mi altura, y agregó, con respecto al tamaño ¿a qué te referías?, la verdad es que aunque si bien no hice la pregunta, me anime a decirle,.. ¿El tamaño de que puede ser? haciéndome el tonto, del pene, me dijo… al escuchar que me contestaba así, tuve inmediatamente una erección, que por supuesto, dada la disposición de la mesa no advirtió.


La conversación siguió por esa tónica y era evidente que entre el vino y la plática, nuestra temperatura iba aumentando… de repente y cuando ya creí que estábamos casi listos, miro mi mano y en ella mi anillo de matrimonio… eres casado… claro que soy casado… estas pretendiendo ser infiel conmigo; jajajajaj la conversación tomo un rumbo un poco incomodo, le comente que soy sw y que mi esposa estaba enterada de donde estaba… no me creyó; está bien, te lo probare… una llamada a mi esposa y su saludo amistoso, más dos minutos de conversación con ella hicieron la diferencia; Liliana se tranquilizo pero no podía salir de su asombro, me pregunto mucho sobre el swinger y eso fue calentando la conversación nuevamente… entonces serás un buen amante pregunto… le dije que no era yo quien tendría que decir aquello… tendré que probar… quieres hacerlo?... por toda respuesta recibí un apasionado beso sin decir más palabras pedí la cuenta, pague y salimos con rumbo al auto, al abrirle la puerta nos dimos un gran beso, pensé dirigirme a un motel inmediatamente, pero me pidió que entrara a uno de los sitios de parqueo de La Carolina, así lo hice, llegamos a una parte oscura; nos comenzamos a besar nuevamente, nuestras lenguas se juntaban y entrelazaban la una a la otra, una de mis manos levantó su vestido y llegó a su entrepierna, la otra acariciaba su espalda, ella me desabrochó mi pantalón y soltó mi pene que estaba deseoso por penetrarla, ella lo agarró y me comenzó a masturbar de manera espectacular.

Nuestros besos ya eran desesperados y mi mano ya había sacado su tanga y jugueteaba con el exterior de su vagina, que estaba súper mojada, seguimos en esa postura por un tiempo hasta que ya no pude mas y le dije que me venía y ella rápidamente puso su boca en mi pene y la succionaba como un chupete de bebe (jjaajaajajjaajajajajjajaa), ella tragó toda mi leche y siguió mamando como por 10 minutos más para; para lograr una nueva y vigorosa erección. Me miro con ojos lascivos y paso su pierna por encima mío y comenzó a cabalgar encima mío como podía y apoyando su espalda en el volante en un movimiento mi pene entró en su vagina, y comenzamos a movernos como locos hasta llegar a un punto que la poca gente que pasaba por afuera miraba el auto que se movía rítmicamente, ella estaba súper caliente y deseaba que la penetraran en toda forma y posición, yo, tremendamente excitado por la mezcla de riesgo de ser vistos o peor aun apresados, la calentura y el morbo que me entregaba esta bella mujer; su gemidos cada vez más intensos,

Tuvimos sexo por aproximadamente 30 minutos y quedé agotado, apenas podía manejar; la llevé a su casa, en el lugar nos dimos un tremendo beso y por ultima vez metí mis manos entre sus piernas y le saqué la tanga y la guardé en la gaveta del carro, sin que ella diga nada; le acaricie los senos y nos dimos otro beso, me dijo que era suficiente, yo estaba a mil de nuevo y ella me dijo escribirme un correo, me dio su mail y su teléfono.

Después de un tiempo la llamé y ella había salido del país; espero algún día volver a ver a mi preciosa deportista.

Le escribí un correo y todavía no me lo contesta.

Espero que les haya gustado…

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