lunes, 4 de octubre de 2010

Por Un Margarita.


En una mañana de diciembre estaba ansiosa por ver a mi amigo de fantasías, con el que siempre tuve sueños eróticos, mi imposible, esperando ese día poder estar con él, algo que siempre he querido.

Esperé por él en mi casa, llegó a verme y salimos en su auto y nos estacionamos más abajo de mi casa, conversamos de todo un poco, de amores y desamores, de fidelidad e infidelidad, de mentiras y engaños… En fin… Empezamos a hablar de besos apasionados, como se cruza la comunicación corporal mediante un beso, mientras tanto me invitó un margarita y llegamos a la conclusión que la comunicación corporal es la que pide lo que queremos, nuestras reacciones por besos y caricias, de repente empecé a sentir su mano por mi piel, como una simple caricia, sin efectos ni nada, luego de un par de margaritas vi que se me estaba insinuando (Por fin el hombre que quería iba a ser mío). Se acercó hacia mí y me besó profunda y apasionadamente, su hambre era muy placentera, pude notar que me tenía ganas.

Empezó a acariciarme la espalda baja con una delicia de lobo hambriento, solo nos tocábamos, manitos por aquí, manitos por allá, podía notar cómo se aceleraba su respiración, estábamos cuerpo con cuerpo, nos besábamos el cuello, empezamos a hacer el amor solo con caricias y besos, sin necesidad de tocarnos nuestras partes, el margarita nos tenía así, jugando con nosotros, mientras escuchábamos música, él recostó su asiento y me recosté en su pecho y nos empezamos a besar, me pasaba sus manos por mi abdomen muy sutilmente provocando una especie de cosquilleo con excitación, de igual manera lo acariciaba, su piel era muy suave y me era inevitable tocarla. Poco a poco sus manos empezaron a subir hasta llegar a mis senos, no pude aguantar las ganas de seguir así, así que lo agarré y me senté encima de él y tomé el control, lo besé a más no poder, le pasé mi lengua por sus labios y succionaba su lengua y con mis manos iba recorriendo su fornido cuerpo, le besé el cuello y le encantó que llegó a estremecerse y a erizársele la piel.

Zafé su bragueta, pues me lo quería comer YA!!! Le tenía muchas ganas. Como saben un auto es muy incómodo, me las ingenié y volví a mi asiento y desde ahí logré acomodarme para probarlo, me lo metí a la boca y me dijo que no lo haga, pues me dijo que quería sentirme, me sacó el pantalón y entró en mí.. Estaba tan rico que no quería salir. wow!! Que delicia de hombre, me hizo sentir súper bien, lo que una mujer siempre pide, que la hagan sentir bien y única, el hizo que salga de la órbita y regrese a la tierra en un segundo, siempre nos mantuvimos en que yo estaba encima de él, le estaba cabalgando. Mientras más me movía más lo sentía, fue inevitable el no terminar, estaba tan delicioso que terminé antes que él, me puse tan excitada que me dio varios orgasmos, el sentía mis pequeños espasmos, lo apretaba aún más que me dijo que ya iba a terminar, pues yo le dije que podía hacerlo pero en mi boca, pues quería probarlo. Me lo puse en la boca y en 3 segundos terminó, estaba delicioso, medio dulce. Me encantó.

Seguimos tomando los margaritas hasta que se acabe, me llevó de vuelta a mi casa y nos despedimos con un tierno beso;

Y por un margarita terminamos haciéndonos el amor.

2 comentarios:

VanHaker dijo...

jajajajajaja lo que no me quedo claro es que sabia mejor... el margarita o la lechesita jajajajaj

TaMo dijo...

Jajajajajaja pero lógico que la lechesita jejeje

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